México será sede entre noviembre y diciembre de 2010 de la 16 Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, lo que será ratificado aquí esta semana, informó hoy el secretario mexicano de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira.

En entrevista con Notimex, el funcionario habló de la participación mexicana en la presente Conferencia que se realiza del 7 al 18 de diciembre en la capital danesa, y refirió algunos objetivos de la siguiente cita el próximo año en México.

Explicó que México tiene ya la consideración de país sede y sólo espera la ratificación de la Conferencia para el país, para después tomar una decisión sobre la ciudad donde se realizará la reunión.

"No tenemos consideración específica sobre ciudad sede, que pudiera ser Monterrey, Ciudad de México o en Quintana Roo; sólo está la consideración de país. La fecha está por definirse entre noviembre y diciembre (de 2010)", comentó.

Precisó que no se considera solamente la infraestructura de una ciudad para decidir la sede y destacó que "si una ciudad no tiene ni disposición de basura ni de tratamiento de aguas residuales, no puede ser buen ejemplo para luchar contra el cambio climático".

"Tendríamos que pensar inicialmente sí en la Ciudad de México, pero hay otras que tienen mejor desempeño ambiental como Monterrey o (en) la Riviera Maya, en donde pudiéramos dar fe de que se llevan a cabo las acciones que a cada gobierno local le corresponden", dijo.

Aseguró que las Naciones Unidas (ONU) no establecen un plazo preciso para tomar la decisión sobre la ciudad sede. "Esta decisión no la toma la Organización de las Naciones Unidas ni ninguna ciudad sede, sino el presidente Felipe Calderón Hinojosa", anotó.

Refirió que en la presente Conferencia de Copenhague su país trabaja como puente entre países industrializados y naciones en vías de desarrollo, por lo que se mantendrá en esa tesitura.

"Queremos seguir impulsando los acuerdos que sean más convenientes en el tema de financiamiento, en continuación del Protocolo de Kioto, en metas de largo plazo y reducción de emisiones por deforestación; ese tema en especial le tenemos mucho interés y lo queremos seguir impulsando", aseveró.

Sobre la propuesta mexicana del Fondo Verde para financiamiento en la lucha contra el cambio climático, Elvira apuntó que "ahora además de la bandera de México lleva la de Noruega, país con el que plantea una ampliación de su capacidad operativa financiera del fondo".

Añadió que se ha incluido la propuesta noruega de trabajar con subastas de bonos de mercado en los mercados de carbono, y se prevé la posibilidad de fondos internacionales a fin de lograr más vías que puedan nutrir financieramente al Fondo Verde.

Recordó que también en esta Conferencia de Copenhague se entregó un documento sobre ese fondo al Secretariado de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), apoyado por México, Noruega, Reino Unido y Australia.

Expuso que se quiere medir con más claridad la escala del fondo, saber qué tan fácil será en unos años contar con dinero para adaptación.

"Queremos que Copenhague tenga el mejor de los logros para que México fructifique en otro nivel de acuerdos, y México tiene esa doble responsabilidad", manifestó Elvira al hablar sobre los resultados de la Conferencia de Copenhague.

Destacó que la instrucción del presidente Calderón es "no aflojar acuerdos, sino traerlos al máximo, porque no se quiere que Copenhague no funcione para que México (en 2010) sí los logre".

Explicó que se deben lograr dobles consensos en Copenhague, "porque todo lo que se logre aquí será llevado a México y se le tiene que dar una vía adecuada y eficiente de acercamiento hacia una nueva línea de negociación".

La 15 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que participan al menos 15 mil personas de 192 países, busca un nuevo acuerdo en la lucha global contra este fenómeno, que asegure la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Entre sus objetivos pide a los países industrializados recortar sus emisiones de 25 a 40 por ciento para 2020 sobre los niveles de 1990, y que los países en vías de desarrollo limiten el crecimiento de sus emisiones con programas de adaptación y mitiguen los efectos del cambio climático.

Asimismo, se negocia la creación de un sistema de financiamiento global, y decidir una nueva arquitectura institucional para la Convención, que puede ser la continuación del Protocolo de Kioto o bien la creación de un nuevo Tratado.